INSTITUTO DE INDOLOGÍA

CARTÓGRAFOS BRITÁNICOS EN EL EVEREST

Juan Luis Salcedo

 

La historia del Everest ocupa una porción pequeña de la historia de la exploración: tan solo ochenta y ocho años, desde entonces su fama ha influido en todos los países y los clubes de montaña, y todos los escaladores entusiastas han querido poner el pie en aquella cumbre.

Para entender lo que ha significado la montaña para los geógrafos, políticos y deportistas, es bueno conocer la historia del descubrimiento de la montaña.

La historia arranca en el año 1808 cuando los británicos emprendieron la tarea de localizar y dar nombre a la montaña más alta del mundo. Se encargaron de ello los oficiales de la Indian Survey, debían de elaborar mapas fiables que ayudaran a mantener la autoridad británica en los tiempos en que los británicos y rusos libraban su “Gran Juego” y comenzaron a enviar exploradores hacia el gran vacío en los atlas, que eran los territorios de la frontera del norte y topografiar la totalidad del subcontinente indio, lo que suponía una formidable tarea.

En 1803, el capitán Charles Crawford, experto topógrafo, reunió una serie de mapas durante su estancia en la residencia británica de Katmandú. Unos a partir de sus propias observaciones y otro en particular partiendo de los datos de los mercaderes, peregrinos y otros viajeros; el atlas representaba todo el reino de Nepal, mostrando una cadena montañosa que recibía el nombre de “Montañas de Nieve”, una de las cuales aparecía marcada como “la más alta de la tierra”.

Cuatro años después, en 1807, el Topógrafo General, coronel Robert Colebrook, que ya había contemplado con sus propios ojos las “Montañas de la Nieve” desde unos trescientos kilómetros de distancia, volvió a verlas desde las proximidades de la ciudad india de Gorakhpur, hoy día es un paso fronterizo entre la India y Nepal. Colebrook calculó que dos de las cumbres tenían al menos ocho mil metros de altura y estimó que eran más altas que cualquiera de las montañas de los Andes, que por entonces se tenían como las más elevadas.

Durante veintitrés años, los topógrafos observando desde la distancia estaban impresionados ante la altura que imaginaban y decidieron averiguar sus dimensiones. Para su consternación, hallaron bloqueados todos los pasos hacia el Norte. Su obstaculización tenía su origen en el recelo del reino de Nepal con respecto a las intenciones de los británicos: como estado autónomo que había escapado a la dominación inglesa, estaba decidido a mantener esta autonomía.

En 1803, los nepalíes expulsaron a los residentes británicos y nada podría disuadir que los estudios topográficos, exámenes geológicos y colecciones botánicas podían ser agresiones políticas, o bien pueden traer complicaciones susceptibles de terminar en la anexión. Una y otra vez los topógrafos trataron de obtener permiso para cruzar a Nepal, pero se vieron rechazados.

Con el Tíbet pasaba lo mismo, el recelo de sus políticos estaba fundamentado. Así pues, los británicos se vieron obligados a efectuar sus con el nombre de Gamma o pico B.

1948 Al año siguiente envió a un oficial, topógrafo al Terai con objeto de conseguir observaciones más cercanas pero el pico B permanecía oculto por las nubes.

1849 Al año siguiente envió otro oficial James Nicolson que a una distancia de entre 189 km. y 170 km. Realizó 36 observaciones desde diferentes puntos comenzando en Jirol. Finalizada la campaña con la llegada de los monzones, se retiró a Patna y comenzó a estudiar los datos obtenidos. Esas mediciones una vez procesadas dieron el resultado que el pico B podía tener una altura de 9.000 metros pero no pudo seguir con las investigaciones cruzando datos con otros colegas ya que enfermó de malaria y tuvo que regresar a Inglaterra.

1852. El coronel Andrew Waugh que había descubierto el pico B desde Darjeeling retiró a Dehra Dun y desde la sede topográfica se dedicó a realizar las correspondientes observaciones de los trabajos acumulados de los topógrafos de los últimos años analizando la refracción de la luz, la temperatura y la presión barométrica a través de las enormes distancia así como la fuerza gravitatoria de la tierra, finalmente pudo asegurar que el pico B o pico XV como se le asignó en la nueva nomenclatura se trataba del pico más alto del Himalaya y posiblemente el mas alto de la tierra, fijando su altura en 8.817 metros. Obsérvese que cuando se pudieron realizar mediciones de cerca y en la actualidad a través de satélite la altura confirmada es de 8.848 metros, un error de apenas 31 metros.

1856. El coronel Andrew Waugh continuando con las observaciones, esta vez desde las llanuras del Terai, comprueba definitivamente que la cima identificada como Pico XV, tiene una altura de 8.840 metros de altitud, (8 metros de error) y piensa que quizá es la montaña más alta del mundo. Comunica la confirmación a la Sociedad Asiática (Asiatic Society) con sede en Calcuta y a la Real Sociedad Geográfica (Royal Geographical Society) de Londres, y la bautiza provisionalmente en honor a su antecesor en el cargo, Sir George Everest, mientras no se pudiese viajar a Nepal para saber el nombre local. De todas formas los viajeros que habían transitado por el Tibet habían recogido diferentes nombres de la montaña alguno de ellos es el que se sigue aplicando por los tibetanos en la actualidad, Quomolugma, pero Waugh no quería tomar una decisión hasta tanto no obtuviese los nombres nepaleses. No obstante la determinación de Waugh a utilizar el nombre de Everest encierra algunas ironías. La primera es que el propio George Everest era cauteloso a la hora de aceptar honores, la segunda es que G. Everest siempre había insistido en que los picos del Himalaya debían conservar sus nombres locales y se opuso vehementemente cuando oyó la propuesta, afirmó que la palabra Everest no podía ser pronunciada por los nativos de la India, ni tampoco escribirse en Hindi, (esto no lo puedo confirmar) finalmente la Royal Geographical Society aprobó la propuesta y adoptó oficialmente el nombre de monte Everest para la montaña mas alta del mundo.

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