INSTITUTO DE INDOLOGÍA

EL CARÁCTER RACIONALISTA HINDÚ

Sarvapalli Radhakrishnan

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El hinduismo adopta una actitud racionalista en materia de religión. Trató de estudiar los hechos de la vida humana con espíritu científico; y no sólo los hechos evidentes, los triunfos y derrotas de los hombres que vegetan en plena inconsciencia espiritual, sino las realidades de lo más profundo de la vida. La religión no es tanto una revelación que hemos de obtener por la fe, como un esfuerzo por descubrir las capas más profundas del ser del hombre y por ponerse en contacto permanente con ellas.

Las religiones del mundo pueden dividirse en las que ponen énfasis en el objeto y aquellas que insisten en la experiencia. En la primera clase la religión consiste en una postura de fe y de conducta dirigida a un poder exterior. En la segunda, es una experiencia a la que el individuo adjudica el máximo valor. Las religiones hindú y budista son de esta clase. Para ellas, religión significa liberación. Es una experiencia que nos transforma, más bien que una noción de Dios. Puede existir verdadera religión sin una concepción definida de la divinidad, pero no sin una distinción entre lo espiritual y lo profano, entre lo sagrado y lo secular. Incluso en las sectas primitivas que se caracterizan por los ritos mágicos, encontramos religión, aun cuando no exista la creencia en Dios. En sistemas teístas lo esencial no es la existencia de la deidad, sino el poder que poseen de transformar al hombre. La bodhi o iluminación que el Buddha alcanzó y a la que aspiran sus seguidores, es una experiencia personal. La iluminación perfecta (sambodhi) es el fin y la meta del óctuple sendero budista. Hay escuelas de pensamiento como la Sânkhya hindú y la Jain que no admiten a Dios, pero afirman la realidad de la consciencia espiritual. Hay teístas, como Râmânuja, para los que la consciencia espiritual aun no siendo Dios mismo, es el único medio por el que se le puede llegar a conocer. Todos, sin embargo, están de acuerdo en considerar la liberación, como la meta de la verdadera condición del individuo. Las creencias y la conducta, los ritos y ceremonias, los mandatos y dogmas tienen asignado un lugar inferior al del descubrimiento de la propia consciencia y el contacto con lo divino. Esta particularidad de la religión hindú fue observada incluso por los antiguos. Filóstrato pone en boca de Apolonio de Tiana las siguientes palabras: “Todos deseamos vivir en la proximidad de Dios, pero sólo los hindúes logran realizarlo”.

(Del libro Religiones orientales y pensamiento occidental).

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