INSTITUTO DE INDOLOGÍA

LAS CUEVAS DE BELUM: UNA MARAVILLA EN ROCA

Ramchander Pentuker

 

 

Las cuevas de Belum, que se dice que tienen una antigüedad de millones de años, adornadas con cavernas de una milla de largo de estalactitas y estalagmitas, se consideran como la maravilla bajo tierra más espectacular de la India. Están situadas a unos 110 kilómetros de la ciudad de Kurnool, Andhra Pradesh. Las cuevas, uno de los trabajos más maravillosos realizados por la naturaleza, permanecieron en la oscuridad durante un número incontable de siglos. Últimamente, se ha instalado iluminación y se han abierto al público.

Hace unos dos siglos, las Cuevas de Belum no eran más que una curiosidad local y nadie exploró sus cavidades más profundas hasta el año 1884, cuando el europeo llamado Robert Bruce Foote se convirtió en el primer forastero que vio sus maravillas escondidas con la ayuda de una antorcha de queroseno. Probablemente, también fue el primero en documentar su existencia en los tiempos modernos. Sin embargo, incluso después de esto no se pensó seriamente en su existencia hasta 1983 cuando un grupo de espeleólogos llevaron a cabo una exploración detallada de las cuevas a lo largo del kilómetro y medio de largo de las cavernas... hasta una profundidad de 30 metros.

Hay evidencias arqueológicas de que estas cuevas estuvieron habitadas por humanos ya en el 4500 a. de C. y, después, por budistas y jaines a comienzos de la era cristiana.

Aunque, aproximadamente, el 95 por ciento de las cuevas están secas e inactivas ahora y las formaciones interiores se pararon hace mucho tiempo debido a cambios climáticos, hay algunas cavidades interiores que siguen todavía activas, con agua que se filtra y que sirve de fuente de agua potable para los aldeanos que viven alrededor.

La topografía de esta región presenta depósitos ricos en piedra caliza tanto arriba como abajo de la tierra. Una característica importante, como resultado de la acción solvente del agua del suelo en tales regiones es el desarrollo de cuevas o cavernas. Al filtrarse por el lecho y planos unidos o grietas y escisiones de la roca, el agua que fluye hacia abajo va disolviendo gradualmente las rocas solubles, creándose así con el paso de los siglos. Tales cuevas son, normalmente, irregulares tanto en tamaño como en forma; unas son como grandes pabellones, otras como laberintos de pasadizos ramificados.

Una gran porción de las paredes de las cuevas de Belum es fina porque las aguas que han fluido por ellas durante mucho tiempo las han pulido. En algunos lugares, a lo largo de las galerías, se pueden ver rocallas que parecen piedras en el suelo que se han caído del techo y de las paredes durante la etapa de formación.

Las características sobresalientes de las Cuevas de Belum, como en otras de este tipo en otros lugares, son sus depósitos ricos en disolventes de carbonato cálcico en forma de estalactitas y estalagmitas. Las estalactitas nos son otra cosa que colgantes de carbonato que penden, verticalmente, hacia abajo desde el techo de la cueva, mientras que, por otra parte, las estalagmitas son formaciones similares construidas verticalmente hacia arriba desde el suelo por la acción de la evaporación del disolvente de agua que ha caído sobre ellas. En algunos lugares, tanto las estalactitas como las estalagmitas se unen y forman estructuras que son como pilares.

          Algunas de las estalagmitas que se ven aquí tienen forma de lingams (símbolos) de Shiva, por separado y también en enormes grupos, por lo que la gente les ha dado nombres tales como «Kotilingalu» (incontables lingams), el templo de Shiva, etc., que durante los festivales shivaítas o en honor de Shiva, están repletas de devotos. En algunos lugares de las cuevas, las piedras de cristal blanco de calcio parecen una miríada de caricaturas humanas y animales que, a. la luz artificial y suave con que cuentan las cuevas aparecen, en verdad, muy bellas. Sin embargo, comparadas con las estalagmitas, son las formaciones de estalactitas las que uno encuentra en mayor número y en enormes masas pendiendo del techo.

Del kilómetro y medio que se ha explorado, solo una parte parece que se ha pavimentado y preparado para visitas del público. En algunos túneles estrechos, fangosos y cortados por escombros de piedra caliza, no ha entrado todavía nadie. La iluminación ha sido bien planificada por lo que evita que se tenga en las cuevas esa sensación horripilante y claustrofóbica, haciendo que la visita al interior sea una experiencia muy agradable.

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